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sábado, 27 de julio de 2019

Crítica a dos de las series originales más populares de Netflix, parte 2

Ojo: Si no has visto la serie y no te gustan los spoilers, no sigas leyendo.

Bueno, pues la semana pasada hablamos de Club de Cuervos, así que hoy toca hacerlo de otra de las series más populares de Netflix: La casa de las flores. Sí, ya sé que estoy un poquito atrasado y que la serie salió el año pasado y que todo mundo ya la vio, pero yo apenas la terminé de ver hace unas pocas semanas, así que se aguantan. Es de las pocas series que lograron engancharme desde el principio. Como ya he dicho antes, no soy muy fanático de las series en general, pero esta me encantó, empezando por la protagonista, la Vero Castro. Yo sé que a muchos no les simpatiza o consideran que no actúa o la ubican solamente como Rosa Salvaje, pero la Vero nos demostró que sí sabe actuar (cantar no, ahí sí ni como ayudarla).  Me encantó verla en un papel muy diferente de aquellos en los que estamos acostumbrados a verla. El personaje le quedó como anillo el dedo y supo bordarlo muy bien. En esta ocasión interpreta a la matriarca de una familia adinerada y todo gira en torno a su "casa de las flores", una florería que cumple 50 años. Su personaje, Virginia de la Mora, es una mujer relativamente conservadora que conforme avanza la historia se va liberando más aunque poco a poco. Vemos cómo su personaje va evolucionando con cada episodio y nos adentramos en su vida. Nos enteramos de un secreto que viene cargando desde hace tiempo y que solo una persona más conoce. Pero nada la detiene. Tiene que hacerse cargo tanto del negocio familiar como de su caótica familia y ella tiene que aprender a adaptarse sin dejar de lado su esencia. Tiene que lidiar con un marido que no tiene autoridad alguna y que termina engañándola con una de sus empleadas, una hija "rebelde", un hijo homosexual (o bisexual, ya no supimos qué onda), otra hija un poco neurótica, una vecina metiche, por mencionar solo algunas cosas. Tiene varios momentos graciosos, lo cual aligera un poquito el tono serio de la historia y esto se agradece. Y es que a la Vero le sale la comedia de una forma tan natural que ya muchos quisieran imitar. Eso sí, cuando se pone seria la cosa también sabe hacer lo propio y se la crees. Me encantan los matices que tiene su personaje. La verdad no me imagino a otra actriz interpretando ese papel. El director se voló la barda al hacer que su personaje fumara marihuana y que incluso la vendiera. Y me encanta la personalidad vengativa que le dieron. Virginia no se deja de nada ni de nadie, menos de su esposo y exnuera. No es una mujer malvada ni maquiavélica, sino que simplemente se defiende a ella misma y a su familia de una manera astuta y elegante. Mis respetos para la Vero. 





En cuanto a los otros personajes que se pueden destacar, tenemos a la hija mayor, Paulina de la Mora, interpretada por Cecilia Suárez. Lo más característico de su personaje es la ma-ne-ra que ti-e-ne de ha-blar. Aunque debo confesar que a veces llega a ser un poco engorroso. Pero la mayor parte del tiempo no representa un problema. Paulina es uno de los personajes clave de la historia y es el brazo derecho de su madre y alcahueta de su padre, o del que cree que es su padre. Tiene un hijo adolescente con quien no lleva muy buena relacion. Está divorciada y su ex se volvió transexual. Ella es quien se encarga de resolver los problemas de la familia y espera algún día heredar la florería. 

La que sí me sorprendió y debo confesar que para bien, fue Aislinn Derbez. Estamos acostumbrados a verla en filmes comerciales de bajo presupuesto con personajes burdos, pero en esta ocasión no sé si se puso las pilas o se la sentenció el director o qué paso, pero me gusto mucho su actuación. Dentro de la serie interpreta a Elena de la Mora, la hija rebelde de la familia. Ella quiere hacer su propia vida y no lo que su familia, particularmente su madre, quiere que haga. Se va a vivir a Nueva York y se compromete con un hombre allá. Su intención es participarles su decisión a su familia durante su estancia en México, pero su vida da un giro inesperado.





¿Y qué decir de Julián, el hijo homosexual/bisexual que le da muchos dolores de cabeza a su familia? No sabía que el actor que lo interpreta es hermano de Gael García Bernal. En mi opinión, mejor actor que su hermano Gael. Bueno, regresando al personaje, se podría decir que Julián es la oveja negra de la familia. No trabaja ni estudia ni nada, a diferencia de sus hermanas. Está involucrado sentimentalmente con Diego, el asesor financiero de la familia, pero es una relación secreta ya que el escándalo podría afectar a su familia y él no se siente preparado para afrontar todo lo que vendría. Al final tiene que ceder ante la presión de Diego y termina por confesárselo todo a su familia. Sus dos hermanas ya lo sabían, pero no sus padres y a Virginia casi le da el patatús cuando se entera, pero poco a poco lo va asimilando. Pero Julián se dedica a cometer error tras error en su relación y eso provoca que Diego no solamente lo abandone sino que también se vengue de él, llevándose entre las patas a la familia completa.





La vecina chismosa me encanta, pero solo en la ficción. Todos tenemos o hemos tenido una vecina así en la vida real y ahí sí no me gusta. En este caso se trata de Carmela, interpretada por Verónica Langer. Es vecina y amiga de Virginia, pero le encanta el chisme y no pierde oportunidad para sacarles la sopa a los integrantes de la familia o averiguando por su cuenta. Elena decide darle una lección y contrata a un hombre joven y atractivo para que la seduzca y así poder chantajearla. En el último episodio no se sabe a ciencia cierta qué pasó ya que el esposo los cachó en plena acción, pero se da a entender que los mata a los dos o por lo menos a uno de ellos. Me imagino que nos enteraremos en la segunda temporada.

En las series actuales, no sé si por presión social o convicción propia, los creadores tienen que meter siempre a un personaje homosexual o algo por el estilo, para ser más "inclusivos". Así que no conformes con tener una pareja homosexual, también incluyeron a un transexual. Se trata del ex de Paulina, quien otrora se llamara José María y ahora que es mujer se llama María José. ¡Qué originalidad, por Dios! ¡Ja, ja, ja! Bueno, ya en serio, me gustó la interpretación que le dio el actor español. La verdad esperaba que fuera un medio para criticar a la sociedad conservadora mexicana, pero, o se quedaron cortos o no era su intención hacerlo. De todas formas, me parece un personaje acertado y todo indica que lo seguiremos viendo en la segunda temporada.




De los demás personajes no hay mucho qué decir. El esposo de Virginia es un poco gris y no tiene mucha relevancia. El doctor Cohen, ex de Virginia, juega un papel algo importante dentro de la historia al revelarse que es el verdadero padre de Paulina. Me parece un poco curioso que su personaje sea judío, siendo que él lo es en la vida real. Claudio, el hijastro de Ernesto (esposo de Virginia) se dedica a seducir a Elena durante toda la serie. Su hermanita Micaela me parece insoportable. Luis, el hijo de Paulina, es el típico adolescente rebelde. Roberta, la examante de Ernesto, nos cuenta la historia de la familia De la Mora desde donde sea que se encuentra. Hicieron algo así como Desperate Housewives donde en ocasiones escuchábamos la voz en off de Mary Alice, quien se había suicidado al principio de la historia y después contaba la historia de sus amigas que seguían viviendo. 

En su conjunto, la serie me pareció excelente y un producto redondo, a diferencia de Club de cuervos. Es de las pocas series que me han cautivado, tanto que me la aventé en tres días. Cuenta con un buen argumento, una buena dirección y un buen elenco. Como escribí arriba, algo que no me gusta es que siempre quieran endilgarnos personajes homosexuales. No me escandalizo ni nada, pero me gustaba que antes eran más sutiles con esas cosas. Ah, porque no solamente tenemos a la pareja homosexual de Julián y Diego o a María José, sino que también hay un grupo de drag queens que trabajan en el negocio que tenía la examante de Ernesto. Como se imaginarán, la serie a veces está un poquito subida de tono. Tal vez si fuera televisión abierta habría un poco más de censura, pero al ser una plataforma digital pueden permitirse más libertades. En lo personal, creo que deberían bajarle dos rayitas a las escenas de sexo tanto homosexuales como heterosexuales. Antes en el cine y la televisión todo lo relacionado al sexo era más sutil y místico sin necesidad de caer en lo explícito. Aquí la censura es casi nula. Hasta tenemos una escena de un trío sexual en el que dejan muy poco a la imaginación. 

Ya se confirmaron dos temporadas más, pero ya no estará la Vero. Al parecer, desde un inicio se había acordado que solamente estaría en la primera temporada. Esperemos que recapacite, porque ya lo verdad no concibo la serie sin ella. Su personaje era el eje central que movía a todo lo demás. En palabras de ella misma, su personaje ya no daba para más y por eso decidió ya no regresar, a pesar de que es una parte importantísima de la historia. La verdad dudo mucho que los demás actores puedan solos con el paquetote. Por ahí leí que la segunda temporada sería en España, donde vive María José, por lo que seguramente veremos más protagonismo por parte de Paulina de la Mora.





Tanto Club de cuervos como La casa de las flores me parecen buenas propuestas de Netflix, sobre todo la última. Con el auge del Internet y el streaming, cada vez tenemos más opciones de entretenimiento a nuestro alcance. Pero ojo, no siempre son mejores que la televisión abierta. Mucha gente se deja llevar cuando escuchan Netflix. Muchos, sino es que la mayoría de los actores de estas series, vienen de la televisión abierta, ya sea Televisa o TV Azteca. Hay que ser objetivos al momento de analizar los contenidos y no dejarse llevar por prejuicios infundados. Esperemos que Netflix produzca más y mejores series, sobre todo para aprovechar mi membresía que he estado a punto de cancelar en más de una ocasión. Au revoir!



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