En estos días se hizo viral un video en el cual un influencer (cuya existencia yo desconocía totalmente) hablaba del cambio climático y demás cosas. En dicho video hacía referencia a un estudio de la ONU en el que participaron científicos de todo el mundo y que concluyeron que si no hacemos nada para revertir el cambio climático antes del 2030, este planeta será inhabitable para el año 2050. Esto me hizo recordar el final de la serie noventera Dinosaurios, en el que por culpa de Earl, el protagonista de la serie, el mundo estaba destinado a desaparecer, a lo cual Baby Sinclair preguntaba: "¿Qué va a ser de nosotros?" Esas palabras resuenan en mi mente más fuertemente que nunca. Lo mismo nos preguntamos muchas personas en estos momentos. Todos los días vemos y escuchamos cosas en los medios de comunicación referentes al cambio climático. Los polos se están derritiendo, el nivel del mar está incrementando, la temperatura del planeta se eleva cada vez más, las calidades del aire y agua están peores que nunca, los ecosistemas están cambiando por la desaparición de la flora y fauna, ya no hay estaciones claramente definidas, el clima se ha vuelto impredecible, los desastres naturales son cada vez más recurrentes, el ritmo del crecimiento demográfico es insostenible, por nombrar solo algunos problemas. Cada vez es más frecuente que sucedan cosas anormales. A inicios de este año, por ejemplo, se registraron temperaturas sumamente gélidas en Chicago, tanto así que estaba más frío que en la Antártida, lo cual ya es mucho decir. Lo mismo sucede con los huracanes, terremotos e incendios que están a la orden del día. Hace frío cuando debería hacer calor y viceversa. Decimos que el clima se está volviendo loco, pero solamente estamos viendo el reflejo de las consecuencias de las acciones del ser humano.
Me dan coraje y miedo y me siento impotente frente a toda la situación que enfrentamos. Trato de no usar plástico en la medida de lo posible, de no desperdiciar recursos, de no tirar basura, etc. para aportar mi granito de arena a la causa, pero lamentablemente no es suficiente. Además, me parece injusto que se le deje solamente la responsabilidad de decidir a cada individuo y de alguna manera se premie a algunos y se castigue a otros, mientras que las grandes empresas, los productores reales de tanta basura y contaminación, siguen tan campantes y quitados de la pena llenándose los bolsillos a expensas del planeta. Esto es un problema sumamente serio que nos atañe a todos y lamentablemente a mucha gente no le interesa. Aunque Trump y demás escépticos digan que el cambio climático no es más que una falacia, lo cierto es que todos los días somos testigos de lo contrario. El planeta está cambiando y nos está pasando la factura. Al parecer todavía estamos a tiempo de revertir los daños, pero tenemos que empezar ya. Si no hacemos nada, estaremos condenados a la extinción, una extinción dolorosa y nada agradable. Preferiría una muerte rápida pero sin sufrir y no morir por inanición o por otra causa lenta y dolorosa.
Pero además del cambio climático, tengo que lidiar con mi crisis existencial y un futuro incierto en todos los sentidos. Las nuevas generaciones no la tenemos nada fácil. Nos tocaron tiempos extremadamente difíciles. Los baby boomers están envejeciendo y con ellos la cifra de personas pensionadas aumenta exponencialmente. La carga para la población económicamente activa es cada vez más alta. Incluso dicen que nosotros ya no tendremos pensión. El retiro ya no es algo anhelado como antes sino algo que nos pone a temblar al pensar qué haremos cuando llegue ese momento. Pero no solamente el futuro es desolador; el presente tampoco pinta nada bien. Los sueldos en la actualidad son bajos, lo que repercute en el poder de compra de la gente y su calidad de vida. Las rentas y los créditos hipotecarios son altos y muchos no pueden acceder a comprar casa por lo mismo. La competencia laboral es feroz; ya no basta con tener un título universitario. Tal vez antes un título te permitía ganar bien, ya que no muchas personas podían ir a la universidad, pero en la actualidad eso ha cambiado ya que prácticamente cualquier persona puede hacerlo y a causa de eso la oferta supera a la demanda en muchos casos. El costo de la vida también es muy alto. Tener un auto sigue siendo un lujo para muchos. La comida, los servicios, el transporte, todo está carísimo y en muchos casos los ingresos no son proporcionales a los gastos. Hay mucha gente que vive al día, que se tiene que subemplear o recurrir al comercio informal para sobrevivir. Hay otros que viven endeudados porque el dinero simplemente no les alcanza. Es un círculo vicioso.
Si bien no es la única causa pero sí una de las que más influyen en todo lo anterior, la sobrepoblación ha hecho estragos en nuestra sociedad. Es un tema que afecta a la economía mundial, a la naturaleza, a todo y a todos. Y el panorama futuro no es nada alentador. Se pronostica que para el año 2100 la población se duplicará. Actualmente somos alrededor de 7 millones, así que hagan sus cuentas. Claramente nuestros abuelos no tenían televisión. Se tomaron muy literal eso de "Fructificad y multiplicaos", Génesis 9:7. Bueno, la verdad ya a estas alturas es inútil buscar culpables, eso no nos va a ayudar en nada. Lo que tenemos que encontrar son soluciones y pronto. No podemos darnos el lujo de postergarlo, de dejarlo para mañana. De lo contrario, no habrá un mañana.
Sé que al igual que yo, muchas personas sienten una carga pesada sobre sus hombros. No nos tocaron guerras o epidemias como a nuestros ancestros, pero nos tocó vivir en una época sumamente difícil en la que tenemos que luchar por nosotros mismos y por los demás. Y esto es lo que me da más coraje: que tengamos que pagar los platos rotos. En mi paso por esta vida, aún estoy conociéndome a mí mismo, buscando mi propósito de vida, en fin, pero ahora encima de todo eso vivo con la preocupación constante del futuro del planeta. Los pronósticos indican que el fin podría llegar incluso antes del año 2050. Yo esperaba morir de viejo y no porque ya no haya recursos a mi alrededor. Todavía no me puedo ir de este mundo, me faltan muchas cosas por hacer. No me siento pleno, no siento que haya hecho algo relevante o trascendente. Tal vez estemos destinados a desaparecer desde el principio de la historia de la humanidad y todo lo que hagamos por evitarlo o retrasarlo sea inútil, tal vez, solo tal vez. Pero mientras haya vida, hay esperanza y la esperanza es lo último que muere.
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