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domingo, 8 de septiembre de 2019

¿Teléfonos inteligentes o estúpidos?

En la actualidad, me atrevería a afirmar que todo mundo posee un smartphone o teléfono inteligente, por más simple que este sea. En lo personal, me tardé en adquirir uno. En cierta manera me resistía a hacer la transición ya que no lo consideraba indispensable. En aquel momento recuerdo que estaba de moda el Blackberry, ahorita no sé siquiera si exista. Pero en aquel momento todos morían por tener uno: ese aparato con teclado y más funciones que un simple celular. Todo mundo se creía importante, todos unos ejecutivos, aunque solo utilizaran una fracción de sus funciones. Yo tenía un celular Nokia, que incluso se me mojó pero sobrevivió y duré con el mucho tiempo. Hasta que llegó el momento de hacer el cambio. Saqué mi primer teléfono inteligente con mi proveedor de telefonía, T-Mobile. Era un aparato sencillo, pero yo estaba feliz porque ya tenía uno. Tenía muy poca capacidad y tomaba fotos de muy mala calidad, pero no importaba porque ya podía decir que tenía uno como los demás. Ese celular no me duró mucho porque dejé que un primo experimentara con él. Probablemente ustedes hayan escuchado hablar del rooting, desconozco si haya una traducción al español, pero básicamente consiste en otorgarle permisos de desarrollador al dueño del teléfono. Al someter tu teléfono a este procedimiento tienes más opciones para manipularlo. Aunque la verdad eso solamente lo recomendaría para los que realmente le saben a eso o que no les importe dejar su teléfono inservible en el intento, ya que esta es una posibilidad real. Bueno, total, el experimento salió mal y tuve que decirle adiós a mi teléfono. Mi primo me compró otro para compensarme, aunque este era usado, pero estaba padre de todas formas. Tenía un teclado deslizable y pesaba un montón. Duré un buen tiempo con este teléfono hasta que se volvió obsoleto al grado de que ya no podía actualizar algunas aplicaciones. Así que llegó el momento de cambiar de teléfono. Como todo, tenía dos opciones: comprar uno nuevo en pagos (nuevos y al contado son carísimos, no me dejarán mentir) o usado pero más barato. Mi primo me ofrecía su Samsung Galaxy s4, el cual fue un muy buen teléfono y de los mejores de Samsung, pero yo no me decidía todavía. En ese entonces tuve un golpe de suerte y me gané USD 300 en la lotería, así que no lo pensé más y le compré el teléfono a mi primo. Este teléfono tenía más capacidad y tomaba mucho mejores fotos que los anteriores, así que yo estaba encantado. Duré con este teléfono un buen tiempo, pero como siempre, llegó el momento de cambiar. Por más que amaba mi teléfono, ya no era suficiente para mis necesidades. Y es que nunca acabas, tarde o temprano siempre llega un momento en el que tu teléfono se vuelve lento, ya no tienes espacio libre de almacenamiento, en fin. No hace mucho Apple confirmó lo que muchos ya sabíamos o sospechábamos: que sus teléfonos tienen una obsolescencia programada. No es de extrañarse que Samsung haga lo mismo, aunque honestamente no he escuchado nada al respecto. Bueno, regresando al tema, no sabía qué hacer. Uno se siente abrumado con tantas opciones que hay disponibles en el mercado. Así que me puse a investigar en Internet y a pedir opiniones de conocidos para ver qué teléfono comprar y me decidí por el Samsung Galaxy Note 5, el cual es mi teléfono actual. Esta vez lo compré nuevo por medio de Amazon. Así que ya no necesitaba el teléfono viejo y decidí venderlo y hasta me estafaron... pero esa es otra historia que ya les platiqué en otra publicación.





Una de las cosas que me molesta de estos teléfonos modernos es el consumo de batería. Los teléfonos de antes no la consumían al nivel de sus sucesores. Podías durar días sin cargar tu teléfono. Pero ahora todo es muy distinto. Siempre tengo que tener un cargador a la mano; de hecho tengo uno en la oficina y otro en mi carro porque si no lo hago no sobrevivo al día. Y cuando salgo de viaje siempre tengo que cargar con una batería portátil. Es un verdadero suplicio. Estoy consciente de que los teléfonos actuales son muy diferentes a los de antes, ahora son prácticamente unas computadoras de bolsillo. Uno puede hacer un sinfín de cosas con ellos: tomar fotografías/video, navegar en Internet, manejar tus redes sociales y miles de aplicaciones de todo tipo... además de obviamente hacer/recibir llamadas y enviar/recibir mensajes. Muchas personas, me incluyo, utilizan sus teléfonos para todo menos para hacer llamadas. Obviamente utilizamos nuestros teléfonos más que antes a causa de lo anterior, pero aun así no se justifica el consumo excesivo de batería por parte de nuestros teléfonos. Ya me cansé de buscar soluciones en Internet para resolver este problema perenne, pero no he tenido éxito. Todos te recomiendan más o menos lo mismo: reducir el brillo de tu pantalla; desactivar Wi-Fi, Bluetooth, GPS; desactivar o reducir la frecuencia con la que se sincronizan tu correo electrónico y demás aplicaciones; poner a dormir tus aplicaciones por medio de Greenify o aplicaciones similares; por nombrar solo algunas. Pero yo me pregunto: ¿Para qué tienes todas esas cosas en tu teléfono si no las vas a poder usar? No tiene sentido. Es más, nada de lo anterior ha resuelto mi problema. Incluso cambié la batería de mi celular, pero de poco o nada sirvió. Lo que más me molesta es que la batería se desgaste a una velocidad impresionante. Para que tengan una idea, en la noche no es raro que pierda entre el 15 % y 20 % aunque mi celular solo esté en standby. Sé que es normal perder entre 1 % y 2 % por hora en estos casos, pero 15 % es demasiado. Y ya ni hablar de cuando uso mi celular por un rato. No es que me la pase pegado al aparato, pero si lo uso por unos minutos veo cómo mi batería va bajando rápidamente: 99 %, 98 %, 97 % y así sucesivamente. Según dicen puede ser una aplicación que mantiene despierto al celular, pero vayan ustedes a saber. Y la cosa empeora si no tienes buena señal ya que el celular gasta batería de más al tratar de conectarse a la red. Yo creo que los fabricantes deberían optimizar sus aparatos para que verdaderamente sean inteligentes y gestionen el uso de sus baterías de una manera más eficiente. 





La segunda cosa que me molesta sobremanera de estos teléfonos modernos es su capacidad de almacenamiento. En la actualidad necesitas tener un teléfono de por lo menos 32 gb porque sino se te va a llenar de volada. Es muy molesto tratar de descargar una aplicación o estar de vacaciones y querer tomar una fotografía solo para darte cuenta de que ya no tienes espacio. Ya me ha pasado por lo menos dos veces. Me encanta tomar fotos y de vez en cuando video, pero siempre los guardo en Google Photos para que no ocupen espacio en mi teléfono, pero ni así es suficiente. Tampoco tengo un mar de aplicaciones que ocupen espacio. De hecho ya eliminé todas las que no uso o que uso rara vez, pero los resultados no han sido muy favorecedores que digamos. Según tengo entendido, cada vez que se actualizan nuestras aplicaciones van quedado archivos escondidos que ocupan espacio de almacenamiento, pero que no vemos. Y todo se vuelve más frustrante cuando revisas los ajustes de almacenamiento en tu teléfono y las cuentas no cuadran: me puse a sumar todo lo que según está ocupado por aplicaciones, fotos, etc. y las cuentas no concuerdan. Así que tuve que utilizar una aplicación externa y con ella las cosas tienen más sentido. Resulta que las aplicaciones utilizan mucho más espacio de lo que indica mi teléfono. Por ello me puse a borrar caché y datos y la situación mejoró algo, pero no he podido erradicar el problema. Lo más extremo a lo que he recurrido es a restablecer mi teléfono (resetearlo como se dice coloquialmente). Esto definitivamente sí ha ayudado, pero el mismo problema resurge tarde o temprano. Lo he hecho un par de ocasiones y es una verdadera lata.





Estoy muy a gusto con mi teléfono actual. Ya tengo tres años y medio con él y me ha dado muy buen servicio, pero siento que ha llegado el momento de cambiarlo por otro. De repente se pone un poco lento, me marca error al leer la sim y tengo que reiniciarlo, pero ya estoy acostumbrado a él. He estado viendo opciones de teléfonos y ¡están sumamente caros! El Samsung Galaxy Note 10 cuesta como USD 1200, pero este precio es al contado, obviamente en pagos sale más caro. Ahorita no me puedo dar el lujo de gastar tanto, así que creo que tendré que aguantarme con mi teléfono actual por un rato más. ¿Y ustedes qué experiencias han tenido con sus teléfonos? Au revoir!

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