De acuerdo con la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner existen ocho tipos de inteligencia: lingüístico-verbal, lógico-matematica, visual-espacial, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista. Lo cual quiere decir que dependiendo del tipo o tipos de inteligencia que poseamos va a hacer que sobresalgamos en ciertas áreas. No todos somos iguales, por eso a algunos les gustan las matemáticas, mientras que a otros les gustan las artes u otras cosas. Obviamente cuando uno está en la escuela no tiene muchas opciones de desechar lo que no te gusta. Te tienes que aguantar y tratar de aprobar todas las materias. Pero cuando llega el momento de elegir una carrera, es muy importante considerar las habilidades y gustos que uno tiene. Lo lógico es escoger algo en lo que eres bueno. Zapatero a tus zapatos. Aunque hay excepciones, dependiendo de las prioridades que tenga una persona, otros factores pueden incidir sobre sus decisiones (el dinero, tiempo libre u otros beneficios). Pero partamos de la premisa de que soy bueno en algo y voy a seguir el camino conducente. Dios, la vida, el destino o quien prefieran me dotó de capacidades específicas con las que voy a contribuir a la humanidad y buscar la felicidad al mismo tiempo. Tarea nada fácil, pero eso es otro tema.
Antes de entrar a la universidad tenía unas ideas muy diferentes respecto a mi carrera, hasta inocentes diría yo. Ahora que estoy en el mundo laboral veo todo de manera muy diferente. Todo dista mucho de ser color rosa. Por ejemplo, en mi trabajo actual me las he visto negras desde que un compañero renunció. Bueno, no recuerdo si ya lo he comentado en otra publicación, pero en la oficina éramos tres personas solamente: mi jefe, su sobrino y yo. Hace unos meses el sobrino renunció y desde entonces la carga de trabajo es más pesada para mí. El problema estriba en que sus funciones son muy diferentes de las mías. Yo siempre he estado más orientado a lo administrativo (de hecho todos o casi todos mis trabajos han sido así). Siempre he trabajado dentro de una estructura. Me gusta el orden, odio la ambigüedad. Mi personalidad también es un poco huraña. Prefiero tratar con las personas por teléfono o correo electrónico (sobre todo este último). No me gusta tener que hacer visitas de trabajo. No me gusta trabajar a deshoras, tener que estar siempre disponible aunque no esté en la oficina. Para mi desgracia, todo lo anterior representa mis funciones ahora. Ya no tengo un horario fijo (antes lo era relativamente). Tengo que estar disponible por teléfono, Whatsapp, correo electrónico, etc. Es la naturaleza del trabajo. Trabajo en una empresa de marketing. Hacemos un poco de todo desde dotación de personal para conciertos hasta transportación de artistas. Bueno, pues las últimas semanas han sido horribles. He tenido que buscar personal para conciertos y promociones. Pero no cualquier tipo de gente. Trabajamos principalmente con mujeres y la imagen es muy importante. Así que tengo que buscar muchachas guapas, bilingües, sin tatuajes, entre otras cosas. Y no solamente debo buscar gente para eventos en Houston sino también para otras ciudades en Texas. Lo único que me dijeron fue: "Llama a fulanita y pregúntale si puede trabajar o si conoce a alguien". Y así me la he llevado, llamando y preguntando a medio mundo. Lo peor de todo es que muchas veces no contestan el teléfono, o no están intere$adas o no están disponibles. Y si a eso añadimos que son vacaciones y muchas salen de la ciudad, pues baja el cero y no contiene. A causa de eso tuve un disgusto con mi jefe ayer. Me da la impresión de que cree que no hago lo suficiente. Le dije que estoy haciendo lo mejor que puedo. Debí haberle dicho también que esto no es lo mío y que de haber sabido que iba a tener que hacer estas cosas, no habría aceptado el trabajo. Porque todo tiene un límite. Las empresas se justifican diciendo que hay que "ponerse la camiseta". Pero eso no quiere decir que tenga que realizar funciones diametralmente opuestas a las mías. La personalidad es muy importante y la mía no encaja en ese perfil. No tengo la paciencia ni la tolerancia para desempeñar este trabajo. Por eso no me metí de vendedor ni de reclutador, porque mi personalidad no es así. Pero por azares del destino tengo que hacer todas estas cosas que me disgustan enormemente.
En unos días tengo que ir a Dallas para arrancar una promoción. Eso implica irme desde muy temprano para aprovechar el tiempo y regresar ese mismo día en la noche. Voy con mi jefe y él va a conducir, posiblemente me toque conducir un tramo. Lo que más me molesta es que tengo que modificar mis planes, mi estilo de vida. Mi jefe me pregunta a veces que para qué quiero irme a mi casa y yo con ganas de decirle que qué le importa, pero tengo que resistir ese impulso. Tal vez si así como me aumentan las responsabilidades me aumentaran el sueldo...Cada vez me convenzo más de que debo cambiar de trabajo. Hacer algo que me guste, algo en lo que sea bueno, que vaya de acorde con mi personalidad. Hace tiempo descubrí que estoy orientado hacia las artes, así que tal vez ésa sea la solución. Aunque debo confesar que me da algo de miedo todo lo que dicen respecto a la vida de una persona que trabaja de eso y que no tiene ni para vivir. Y también me pregunto si no me pasará lo mismo que en los demás trabajos y termine haciendo cosas que no me gusten o para las que no fui contratado. La única manera de evitar esto sería emprender un negocio. lo cual de hecho es una idea que vengo albergando desde hace tiempo.
Bueno, pues me retiro para aprovechar las últimas horas que quedan de mi día libre. En contra de todo pronóstico me dieron el día. Pero ahí les encargo el resto de la semana. Me dan náuseas solamente de pensar en ello. Au revoir!
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