Tan iguales y tan diferentes a la vez. Así es la raza humana. "Cada cabeza es un mundo", decía mi abuela. Y es cierto. No todos compartimos los mismos puntos de vista sobre la vida y es respetable. Precisamente por eso hay temas como la política y la religión que a veces es mejor no tocar, por lo menos en reuniones sociales. Y es que por naturaleza, tendemos a defender nuestro punto de vista e incluso convencer a los demás de que nosotros estamos en lo correcto, lo cual puede desencadenar situaciones poco agradables o indeseables. En ese afán de evitar ofender a los demás, es donde entran los eufemismos, primos de lo "políticamente correcto". Este lenguaje políticamente correcto nace de la necesidad de la diplomacia, de expresarnos sin agredir a terceros. Aunque a veces esto resulte contraproducente.
Hace unos días tuve un debate con unos compañeros de un chat al que pertenezco. El tema era si los indígenas mexicanos tienen la misma sangre que los indios nativos de EE.UU. Dentro del debate, salió a colación el tema de los afroamericanos. No voy a entrar en detalles, menciono esto porque cuando yo expresé mi opinión al respecto, usé el término "gente de color". Inmediatamente otro de los participantes se exaltó y comenzó una diatriba.
Primeramente, quiero señalar que en ningún momento dije lo que dije con mala intención. Más bien, lo atribuyo al afán que tenemos de evitar ofender a los demás con nuestras palabras. Para muchos, la palabra "negro" es ofensiva, discriminatoria, peyorativa. Por eso empleamos términos como: gente de color, afroamericanos, morenos, etc. Todo menos negro. Y no porque sea negativo pertenecer a esa raza. Simplemente tenemos miedo de ofender a alguien. Aunque por lo visto uno nunca queda bien, como me pasó a mí. Supongo que es algo que varía de cultura en cultura, inevitable.
Por lo regular soy partidario de llamar a las cosas por lo que son. Aunque a veces los eufemismos son tan comunes que se convierten en algo normal para nosotros. Por eso llamamos invidentes a los ciegos, personas con capacidades diferentes a las personas con alguna discapacidad, personas de la tercera edad a los ancianos, en fin. No tengo ningún problema con eso. Pero negro es una palabra que me cuesta decir.
Muchos dicen que los eufemismos no deberían existir, que solamente encubren la verdad, que lo políticamente correcto no es más que hipocresía. Alegan que es excluyente, absurdo e innecesario. Que solamente agregan más términos innecesarios a nuestro vocabulario. Puede ser. Pero no creo que sea del todo malo. Al contrario, éstos enriquecen nuestro vocabulario. ¿Por qué debería existir una sola palabra o frase para expresar algo?
Yo creo que el verdadero problema de fondo es que nos hemos vuelto demasiado sensibles. Nos ofendemos por todo, nada nos parece bien. Si no compartes mi opinión sobre la homosexualidad, eres homofóbico. Lo mismo sucede con el racismo, la xenofobia, el machismo y tantos temas más. Pensamos que los demás son unos intolerantes. Nos preguntamos cómo es posible que no compartan nuestra opinión. Nos creemos dueños de la verdad absoluta. Estamos a favor de la libre expresión, pero cuando los demás expresan un punto de vista contrario al nuestro, nos molestamos por ello. Eso sí se me hace hipocresía.
Esta "hipersensibilidad", por llamarla de algún modo, ha puesto el mundo de cabeza. Vemos censura en la tv, en los medios impresos, en nuestra manera de hablar. Hay tabúes que perduran. Nuestros oídos castos no pueden escuchar palabras como prostituta, por eso preferimos el término sexoservidora. En estos casos sí estoy en contra de los eufemismos. Prefiero mil veces decir aborto que embarazo interrumpido, o masturbación en lugar de autoestimulación sexual o gordo en lugar de persona con sobrepeso. Como he dicho antes, no todo es blanco o negro, existen matices. Usar eufemismos en estos casos sí es engañarse a uno mismo en mi opinión.
Si bien es buena la intención de lo políticamente correcto, éste debe ir a la par con nuestras acciones. De nada sirve que nuestras palabras sean suaves y que no ofendan si nuestras acciones no corresponden de igual manera. Si no respetamos a los ancianos, a las mujeres, a todo individuo en general, nuestro lenguaje vale un reverendo cacahuate. Congruencia, señores.
Se me olvidaba. En la mañana vi un meme en una página de Facebook que sigo y mucha gente pegó el grito en el cielo, me los imagino rasgándose las vestiduras y lacerándose por ver algo tan escandaloso, tan mórbido. De veras que tal parece que mucha gente ya no tiene criterio. Todo lo critican, todo lo juzgan, todo lo malentienden. Es cierto que hay memes inapropiados o que están totalmente fuera de lugar, pero hay muchos otros muy buenos que nos alegran el día y que son totalmente inofensivos. A veces creo que hay gente que solamente se dedica a buscar qué hay en Internet para criticarlo, empezando por los memes. Todo está mal según ellos. Más bien, yo creo que ven moros con tranchetes. En fin, cada quien.
En un mundo utópico, todos podríamos expresarnos libremente sin preocuparnos por ofender a los demás. Lamentablemente, la realidad es muy distinta. Ya que no todos pensamos igual, habrá personas que se ofendan por cosas que a otras les da igual. Si dices negro, se ofenden porque dicen que eres racista. Si dices moreno o gente de color, se ofenden porque dicen que no te atreves a llamar las cosas por su nombre y que usas eufemismos porque asumes que ser negro es algo negativo. Ni para donde hacerse. Quedas bien con unos, pero eres de lo peor para otros.
¿Y ustedes qué opinan? ¿Creen que la sociedad abusa de los eufemismos y el lenguaje políticamente correcto? Au revoir!
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