"Deberías agradecer que tienes un trabajo" me parece una frase demasiado simplista y hueca. Sobre todo, porque quien la dice muchas veces habla sin conocimiento de causa o lo hace porque considera que exageras cuando hablas sobre tu trabajo. Puede que haya un dejo de verdad, considerando que actualmente es muy difícil encontrar un empleo. La población mundial ha aumentado mucho desde la segunda mitad del siglo pasado, la esperanza de vida es mayor, hay más facilidad de acceso a la universidad, hay más competencia en el mercado laboral, etc. Antes, tener una carrera universitaria era muy útil para encontrar un empleo. Ahora no es garantía. De ahí que muchos profesionistas tengan que subemplearse para sobrevivir en un mundo que querían comerse cuando se graduaron de la universidad. Muy bien decían mis profesores que el mundo real estaba allá afuera, que nos toparíamos con cosas nuevas en las empresas en las que fuéramos a laborar. Vaya que es verdad. Son golpes que te da la vida. Es frustrante darse cuenta que muchas veces más que una preparación profesional lo que verdaderamente importa es "tener palancas" o "hacer favores personales" (por no decir otra cosa). Vale un comino que te hayas graduado con honores, que seas una persona preparada, etc. Las empresas ahora buscan a recién egresados que estén dispuestos a ganar una miseria a cambio de venderle su alma al diablo. Adiós prestaciones, adiós estabilidad laboral. Y todo es culpa de los millennials. Qué conveniente.
Estás a merced de tus superiores. Parece que no entienden que uno tiene una vida fuera de la empresa. Olvidan que antes que empleados somos personas que desempeñamos otros roles. Pero la mayoría de las veces sólo ven lo que les conviene. Si llegas temprano y te vas tarde no pasa nada, pero intenta irte a la hora que se supone es la hora de salida y eres un villano. Eres un pecador de lo peor. Hay mucho trabajo, muchos pendientes que sacar. Uno no puede (o no debe, según ellos) darse ese lujo. El tiempo es dinero (para ellos). Porque hasta eso, en muchos empleos ni siquiera pagan tiempo extra, argumentado que eres "empleado de confianza". Así que jódete. Agradece que tienes un empleo y cierra la boca. Tienes que traer la camiseta bien puesta y esto implica sacrificar tiempo personal, soportar situaciones más que difíciles y demás peripecias inefables. Aprende a ver y callar. Si te quejas, eres un inconforme, un revoltoso. Te arriesgas a que no te den una carta de recomendación cuando la solicites. Por eso las cartas de recomendación me parecen muy arbitrarias. Cuando solicitas un nuevo empleo, es común que te pidan una. El problema es que si a tu jefe anterior no le caíste bien o no le agradó algo que hiciste, no va a hablar bien de ti. Porque para esas cosas sí que tienen buena memoria. No importa que tu desempeño haya sido bueno. Créanme.
En mi caso, me las he visto negras en los últimos meses, principalmente las últimas semanas. La empresa en la que trabajo es pequeña. Yo me encargo prácticamente de todas las cuestiones administrativas. El sobrino de mi jefe se encargaba de las cuestiones operativas. Pero él renunció hace tiempo y ahora tengo que hacer su trabajo. La verdad no me doy abasto. Ahora encima de hacer mi trabajo, tengo que hacer muchas llamadas telefónicas, contestar más emails, supervisar a más gente, salir de la oficina a hacer otras cosas, en fin. Ah, y trabajar a deshoras, porque tengo que contestar si me hablan aunque esté fuera de la oficina. Es en estos momentos que maldigo la tecnología. Gracias al Internet y los celulares difícilmente estamos ilocalizables. Tengo que partirme en mil pedazos y gestionar mi tiempo magistralmente. Si antes tenía que priorizar actividades, ahora tengo que hacerlo mucho mejor que antes. El estrés está a mil, vivo tensionado y hasta he tenido pesadillas con mi trabajo (aunque no lo crean). He tenido que desempeñar roles que son totalmente opuestos a mi personalidad. Sí he aprendido algunas cosas, no lo voy a negar. Pero cuando me habían entrevistado me habían dicho una cosa y ahora la situación es totalmente diferente. De haber sabido, posiblemente no habría aceptado el empleo. Yo soy una persona de oficina. No me gustan esos empleos en los que uno tiene que andar saliendo y hacer y recibir llamadas a cada rato. No me gusta tener que lidiar con tanta gente, al menos no en la posición en la que me encuentro.
Lo malo de todo es que no ha habido un aumento de sueldo. Todo mundo me ha dicho que lo pida y sí lo he contemplado. Pero para ser honestos, me da un poco de miedo hacerlo. Conozco a mi jefe. Es buena persona, pero tiene un carácter algo difícil. Y ya me sé de memoria lo que me va a decir. Y tampoco puedo cambiarme de trabajo por el momento. Me he visto tentado a hacerlo, pero he aprendido a no ser tan impulsivo. Como esta semana por ejemplo, que tuve roces (más que eso) con una tipa de una empresa con la que estamos trabajando en un proyecto conjunto. Según es jefa de proyectos o algo así (aunque si la ves con un rebozo en una esquina, pasa desapercibida) y toda esta semana se ha dedicado a fastidiarme. Es de esas personas que no desaprovechan la más mínima oportunidad para hacerte ver mal. Copian a medio mundo en los mails para que sean testigos de lo que hiciste. Y todo se debió a unos reportes que le envié. En esos reportes debo incluir datos y fotos sobre la promoción que estamos trabajando. Pero según esta tipa, "mi reporte era deficiente". Así que tuvo a bien enviarme un ejemplo de un "reporte competitivo" para que lo tome como referencia (copiando a medio mundo, claro está). No encuentro las palabras para describir el reporte que recibí. No sé qué entiende esa mujer por competitivo. Todo el meollo del asunto era que quería más fotos. Su reporte no contenía datos y el formato era tan básico que lo puede hacer cualquier niño de primaria. Quería decirle hasta de lo que se iba a morir, pero no debo ponerme al tú por tú. Así que a practicar la tolerancia y diplomacia. Lo que más coraje me da es que todo esto pasa porque nos falta gente, no por incompetencia de parte mía. Yo no puedo con todo. Trato de hacer lo mejor que puedo, pero aún así no es suficiente. Y yo soy el que queda mal, no mi jefe. Y él como que minimiza la situación y me dice que les dé por su lado, pero no se trata de eso. Quiere abarcar todo, pero aprieta poco por lo mismo. Tenemos 3 proyectos muy demandantes, el cliente quiere una cosa, mi jefe lo hace a su manera y yo soy el que sale perjudicado.
No conforme con todo lo anterior, mi jefe (también dueño de la empresa) quiere abrir un negocio totalmente diferente a nuestro giro. No pudo haber escogido peor momento. Si tuviéramos más gente, no diría nada. Pero éste no es el caso. A mí me toca todo el paquete y las horas no son suficientes. Aunado a esto, ya me dijo que tendré que trabajar en fines de semana por lo cual tendremos que modificar mi horario. Además, tendré que trabajar más en campo, lo cual ya dije anteriormente, me desagrada bastante. Entiendo que los cambios son parte normal de cualquier empresa, pero esto es muy radical. Tengo que desempeñar funciones para las cuales no fui contratado y que no van conmigo.
Por lo pronto, tengo que "hacer de tripas, corazón" y dar mi mejor esfuerzo. Hay muchas cosas desagradables, sobre todo personas con las que tengo que lidiar, pero es inevitable. Y ustedes, ¿cuáles han sido sus experiencias? Au revoir!
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