A veces quisiéramos tapar el sol con un dedo o hacernos de la vista gorda, pero eso no quita que algo sea verdad. Y es que hay verdades que a veces quisiéramos ocultar y que tratamos de ignorarlas, pero ahí están. No importa lo que hagas, esas verdades nunca dejarán de existir. Dicen que la verdad no peca, pero incomoda. Yo prefiero decir que hay verdades que duelen. A continuación, explico algunas de ellas:
Siempre habrá alguien mejor que tú. Y es que, muy a nuestro pesar, no podemos ser el número uno en todo. Ya sea en alguna materia de la escuela o en cualquier otra faceta de la vida, siempre habrá alguien que haga las cosas mejor que nosotros, que sea más inteligente, que tenga más carisma, que sea más atractivo/a, que tenga más dinero, en fin. Por eso nunca es bueno compararse con los demás. Podemos salir perdiendo.
Todo tiene un límite, incluyendo nuestras capacidades. Por más que duela, debemos reconocer que hay cosas que nunca podremos lograr. Está bien soñar, pero también debes ser consciente de tus limitaciones. A lo mejor hay cosas que quieres aprender y por más que estudias y practicas, no logras aprenderlas o dominarlas. Quieres ser cantante, pero no tienes voz y por más clases que tomas, el canto simplemente no se te da, no tienes el don. Quieres ser actor, pero por más que te esfuerzas, el resultado es patético. Y la lista sigue. Bien dicen: "Zapatero a tus zapatos". En lugar de enfocarte en lo que no puedes hacer, busca lo que sí puedes hacer bien.
El amor no es suficiente para ser feliz. La Biblia dice: "No sólo de pan vivirá el hombre...". Yo le agregaría: "ni de amor tampoco". ¿Cuántos jóvenes vemos hoy en día que se casan o que viven juntos y tienen hijos sin pensar en el futuro? Sin tener estudios o un trabajo digno, algo ahorrado. Creen que el amor los sacará adelante y que podrán vivir en la miseria, soportarlo todo. Pero no se dan cuenta de que el amor no va a pagar sus deudas ni les va a dar de comer. Hay un dicho que dice que cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana. No hay nada más cierto que esto.
No puedes cambiar el pasado. Ya cometiste errores, no los puedes borrar. No puedes eliminar esas cicatrices. El pasado nada ni nadie lo pueden cambiar. Es inevitable no equivocarse, pero esfuérzate por evitarlo. Pondera mejor tus opciones. No tomes decisiones a la ligera. Las consecuencias pueden ser desastrosas. Aprende de tus errores y no los cometas más.
Los amigos los cuentas con los dedos de las manos. Puedes ser la persona más popular, tener muchos "amigos", divertirte, salir a pasear, en fin, pero cuando tienes algún problema, son muy pocos los que van a estar ahí para tenderte la mano. Dicen que los verdaderos amigos se conocen en las situaciones difíciles, no cuando todo está bien. Por eso estudia muy bien con quienes te relacionas. ¿Son verdaderamente tus amigos o simplemente te buscan porque pueden obtener algún beneficio de tu parte?
Algún día morirás. No importa que tengas un régimen estricto de alimentación y ejercicios. Puedes vivir algunos años más, aunque no es garantía tampoco. Ha habido casos de deportistas que mueren de un ataque al corazón y eso que llevaban una vida muy sana. Con esto no quiero decir que no te cuides, pero sé consciente de que no estamos exentos de morir.
Ser buena persona no te evita el sufrimiento. Podrás ser la persona más noble, el amigo más fiel, el mejor empleado, el hermano confiable, una buena persona en todos los sentidos, pero tal pareciera que esto atrae más al sufrimiento. A veces pareciera que la vida nos inflige castigos que se supone deberían ser para aquellos infames, personas malvadas, malnacidas y lo único que podemos hacer es preguntarnos el por qué la vida nos castiga a nosotros y no a ellos. Y es en ese momento cuando te preguntas si no sería mejor ser una mala persona porque a ellos sí les va bien.
Si algo no es para ti, ni aunque te pongas. La vida nos da muchas sopresas, algunas desagradables. Tratas de nadar contra la corriente, tratas de alcanzar un objetivo, te esfuerzas día a día, pero al final te quedas con las manos vacías. Perdiste tiempo, dinero, energía, ¿y todo para qué? ¿Les suena familiar?
Y ustedes, amigos, ¿qué verdades les duelen? Au revoir!