¿Qué tal, amantes de El Silencio? Ya llegó la hora de salir del mundo real y olvidarnos de las banalidades de la vida por un rato. Hoy hablaremos de un tema del cual yo sé que hay mucha disensión: el llamado Nuevo Cine Mexicano.
¿Y qué es lo que tiene de nuevo?, me pregunto yo. ¿Mejores historias, mejores repartos? ¿Qué es lo que les viene a la mente cuando escuchan este término? ¿Les provoca curiosidad, orgullo, repulsión, les es indiferente? ¿Es sinónimo de calidad o todo lo contrario? ¿Les gusta como suena?
Personalmente, creo que el cine mexicano está atravesando por un período de crisis. Tenemos unos pocos actores que han sobresalido internacionalmente, lo mismo que directores. Pero no nos engañemos. Todo mundo sabe que el hecho de que un actor trabaje en el extranjero no quiere decir que sea buen actor. No les quiero restar méritos, no es mi intención. Pero tampoco se puede tapar el sol con un dedo, como dicen los mexicanos. Muchos de ellos están donde están porque han sabido aprovechar su imagen, ya sea porque son atractivos físicamente, porque tienen dinero (Jaime Camil, por ejemplo), porque conocen a alguien o qué sé yo.
El cine mexicano actual abusa de las obscenidades, desnudos y otras cosas innecesarias que resultan inverosímiles. No me dejarán mentir...cuando ven una película mexicana, seis o siete palabras de cada diez son obscenidades. Los mexicanos reales no hablan así. Pero los directores, con tal de imprimirle "realismo" a su obra, se esfuerzan hasta el cansancio por incluir estos elementos. Y no es que es me escandalice ni mucho menos, pero no es necesario ver tantos desnudos o escuchar tantas obscenidades; caen en lo vulgar. No aprenden de los directores de antaño que podían sugerir una escena sexual muy sutilmente o exponer un argumento con palabras normales. Ahora, los directores no están a gusto si no incluyen por lo menos un desnudo en sus películas o malas palabras en sus guiones. Lo mismo podemos decir de las balaceras o las drogas. Como son la realidad de nuestro país, tienen la convicción de que tienen que hacérnoslo saber.
Algo que realmente me enfurece es que echen a perder obras maestras por hacer sus propias versiones. Tal es el caso de las películas de Carlos Enrique Taboada, uno de los directores de cine mexicanos más importantes de todos los tiempos. Particularmente, quiero mencionar cuatro de sus obras: Hasta el viento tiene miedo, El libro de piedra, Más negro que la noche y Veneno para las hadas. Las cuatro son películas excelentes, pero tenían que arruinarlas unos directores sin escrúpulos. Por cierto, hace unos pocos meses ví la nueva versión de Más negro que la noche y la verdad casi salí vomitando. Tengo entendido que fue la primera película mexicana en 3D, pero ni eso la salvó. Modificaron la historia como les dio gana, la quisieron hacer más hollywoodesca, el elenco espantoso...era un bodrio, algo cómico, poco creíble. Nada que ver con la versión original.
Me da tristeza que personajes como Gael García y Diego Luna sean los representantes actuales del cine mexicano. Son reconocidos internacionalmente y no discuto su popularidad y poder mediático, pero ¿dónde queda el talento? ¿Lo relegan a segundo plano a costa de qué? Me importa poco si me tachan de malinchista, pero creo que nos merecemos más que eso. Atrás quedaron los años dorados del cine en el que figuraban estrellas como: Pedro Infante, María Félix, Dolores del Río, Katy Jurado, Ignacio López Tarso, Marga López, Silvia Pinal, Pedro Armendáriz, Miguel Inclán, Columba Domínguez, Joaquín Cordero, Arturo de Córdova, Ernesto Alonso, Rosita Quintana, Jorge Negrete, Carmen Montejo...y la lista sigue. Todos ellos fueron grandes figuras, unos verdaderos histriones. Brillaban con luz propia, derrochaban talento, se imponían en la pantalla. Les tocó una época en la que no había mucha tecnología, pero eso no importó. Aunque la historia de sus películas fuera de lo más simple, ellos nos brindaban actuaciones inolvidables. Y de los directores también es importante destacar a figuras como: Ismael Rodríguez, Roberto Gavaldón, Miguel Zacarías, Emilio "el Indio" Fernández, Luis Buñuel.
Es cierto que no todas las películas de la Época de Oro fueron buenas, pero no hay punto de comparación con las que se producen actualmente. Aunque hay unas cuantas rescatables tales como: Como agua para chocolate y La ley de Herodes. Pero de ahí en fuera, las películas buenas o por lo menos decentes, las podemos contar con los dedos de las manos. No me digan que El crimen del Padre Amaro, Y tu mamá también, Amores perros, la serie de Primera, Segunda y Tercera Noche (o como se llamen), Nosotros los nobles, Inspiración, Sexo, pudor y lágrimas y demás asquerosidades son muestra de buen cine. Aquí les dejo un fragmento de lo que digo:
La verdad, he tratado de ver las películas de esta nueva ola, pero francamente resulta imposible. Recuerdo cuando vi El callejón de los milagros. Fue peor que una tortura. Larguísima, historia plana, personajes inverosímiles, una incipiente Salma Hayek que daba pena ajena, lenguaje vulgar a más no poder (qué raro), desnudos innecesarios (de nueva cuenta, qué raro). Es de esas películas que las ves una vez y ni por error la vuelves a ver una segunda. Y si no la han visto, realmente no se pierden de nada. Podrían aprovechar esas dos horas y media para leer, comer, dormir o hacer cualquier otra cosa más interesante.
Lo que me causa risa es que los actores mexicanos se enojen porque la gente no va a ver sus películas. Se la pasan diciendo que hay que apoyar al cine nacional, que son películas de calidad, que no les piden nada a las extranjeras y no sé qué tantas patrañas más. Y como dije anteriormente, hay pocas películas rescatables que se hacen actualmente, hago énfasis en POCAS. Un buen ejemplo es Guten Tag, Ramón. Muy buena película.
Pero regresando al tema, yo creo que todo esto ha contribuido a los prejuicios y a que el cine actual tenga una mala imagen. Estoy seguro de que muchos de ustedes han escuchado comentarios como: "No estuvo mal para ser mexicana" o "Ay no, esa es mexicana" (cuando las personas que van al cine están decidiendo que película ver).
Creo firmemente que hay que apoyar las películas que valgan la pena. No vamos a ver una película simple y sencillamente porque la dirigió un mexicano o porque salen actores mexicanos. Las buenas películas deben cumplir con ciertos parámetros. Esto aplica tanto para las mexicanas como para las extranjeras.
Nos hacen falta historias frescas, directores con visiones diferentes (no estrambóticas), actores con talento, formar una nueva cultura fílmica integral. Tendremos más tecnología ahora, pero hemos perdido terreno en otras áreas. Antes era todo lo contrario. No se necesitaba de grandes efectos especiales o de presupuestos exorbitantes para hacer películas. Era un cine orientado hacia la calidad.
No crean que con todo esto quiero decir que el cine mexicano actual está mal y el de Hollywood y Europa no. Hay películas buenas y malas en todas partes del mundo. La diferencia está en que ellos tienen historias y géneros variados, mientras que las mexicanas tienen casi todas la misma fórmula. Eso sin contar sus estrategias de mercadotecnia, de las cuales nos falta mucho por aprender.
Bueno, amigos, es todo por hoy. Espero estar pronto de regreso. ¡Hasta la vista!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario