Siempre he considerado que la persona que tiene amigos es muy rica y afortunada. Los amigos son esas personas especiales que forman parte de nuestra vida, pero que a diferencia de nuestra familia, a ellos sí podemos escogerlos. Por eso tiene más mérito, más valor. Muchas veces podemos contar más con los amigos que con los familiares. Pero como todo en la vida, de lo bueno, poco. Y los amigos no son la excepción. Son contadas las personas con las que uno puede contar, en las que uno puede confiar. Por eso pienso que es importante reflexionar sobre el significado de la palabra "amigo". Para mí no se trata solamente de una persona con la que pasas tiempo o sales a la calle, si ese fuera el caso se podría decir que hay gente que tiene muchos amigos. Pero como dice el proverbio: "En la cama y en la cárcel se conoce a los amigos", es decir, en las malas. Porque en las buenas todos están contigo, pero cuando tienes un problema, solamente los verdaderos amigos estarán ahí para ayudarte.
En mi caso, tengo pocos amigos, los puedo contar con los dedos de la mano. Son personas en las que puedo confiar y que sé que me ayudarán en la medida de lo posible cuando lo necesite. Y lo mismo haría yo por ellos. Son como los hermanos que nunca tuve. Lamentablemente, todos están en México. Y a pesar de que la distancia física no nos permite vernos tan seguido, el cariño sigue ahí. Aunque no sea lo mismo, seguimos en contacto por teléfono o redes sociales. Por lo menos no nos sentimos tan lejanos. Y cuando tengo oportunidad de ir a Monterrey, trato de visitarlos y recordar viejos tiempos. Podemos hablar de lo mismo cada vez que nos vemos y no nos aburrimos. Es como si el tiempo se hubiera detenido y todo permaneciera igual.
En Houston fue muy difícil hacer amigos. De entrada, a mis vecinos ni los conozco. Como aquí la mayoría de la gente vive encerrada ni los buenos días nos damos. Y en los trabajos que he tenido realmente no he conocido gente. En uno solamente tenía una compañera y era una bruja; me hacía la vida de cuadritos. En otro tuve un compañero que era buena persona, pero éramos muy diferentes y nuestra relación se limitaba al trabajo. Casi no convivíamos fuera de la oficina. Y en mi trabajo actual estoy solo en la oficina porque no tengo compañeros. Nunca he trabajado en una empresa grande así que no he tenido la oportunidad de relacionarme como yo quisiera. Apenas el año pasado comencé a conocer gente y a relacionarme más gracias a una aplicación llamada Meetup. He hecho buenos amigos o, al menos, eso pienso. Vamos a cenar de vez en cuando, nos vamos a un bar o antro y hemos hecho otras cosas juntos. Pero aún no logro dilucidar la fortaleza de nuestra amistad. No he logrado con ellos la conexión que tengo con mis amigos de Monterrey. No sé si pueda contar con ellos cuando tenga un problema, quiero pensar que sí, porque en lo que a mí respecta, ellos pueden contar conmigo. Se los he dicho. Pero no tengo la seguridad de que el sentimiento sea recíproco. La verdad me da miedo encariñarme con las personas, creer que puedo contar con ellas. He depositado mi confianza en otras personas y me han fallado. Ya me ha pasado. Tal vez sea porque mis expectativas son muy altas, porque para mí la amistad es sinónimo de entrega, de complicidad. Los amigos se cuentan sus cosas, aunque evidentemente cada quien tiene algo que es solamente suyo y no les gusta compartirlo, no porque no tengas confianza en los demás sino porque es algo tuyo nada más. Cada quien tiene derecho a algo de privacidad. No sé si en mi caso también influyan los factores culturales o si simplemente son las personalidades de cada quien, pero el caso es que no sé con certeza quiénes son mis amigos y quiénes no. Como ya dije antes, no se trata solamente de salir, de pasar tiempo juntos, sino de lograr una conexión especial.
El año pasado me llevé una decepción. Qué raro. Pero este año ha sido un poco mejor, aunque no dejo de tener mis precauciones. La experiencia me ha enseñado que debes aprender en quién confiar y en quién no. No puedes confiar a ciegas ni meter las manos al fuego por alguien que no conoces bien. Si a veces creyendo conocer a alguien te va mal, ahora imagínate si no conoces a esa persona. Es muy importante seleccionar bien a tus amistades. Los amigos y la pareja son las únicas personas que uno escoge en la vida. Pero nada es eterno. A la novia la cortas, de la esposa te divorcias y los amigos se van. Por eso a veces me da miedo hacer nuevos amigos porque sé que tarde o temprano nos separaremos. Ya me ha pasado y es algo que no me gusta. No me acostumbro.
Hace algunos años tenía un amigo que se mudó de ciudad. Seguíamos en contacto por medio de redes sociales, pero llegó un momento en el que ya no respondió a mis mensajes. Y después me eliminó de sus contactos. Pensaba que éramos buenos amigos y que así sería por mucho tiempo, pero me equivoqué. Pero bueno, son experiencias de la vida. Es inevitable equivocarse con las personas. Muchas veces el sentimiento no es recíproco, aunque uno piense lo contrario. Para mí la lealtad es muy importante y creo que si la amistad es lo suficientemente fuerte, la distancia no es impedimento alguno. Personas van, personas vienen. Las personas que verdaderamente son tus amigos no se olvidan de ti. Pueden estar lejos físicamente, pueden pasar años, pero la amistad permanece.
Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos.Proverbios 18:24
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