A raíz de un suceso ocurrido hace unas semanas me di cuenta de algo que no imaginaba. Si bien lo que pasó pudiera ser trivial, reflexionando más detenidamente me convencí de que no importa que haya sido trivial o no, sino que simplemente fue algo que pasó y que me hizo abrir los ojos. Fue una revelación, un momento de verdad, de esas verdades amargas que uno preferiría ignorar. A veces uno construye castillos en el aire, pero todo es destruido en un abrir y cerrar de ojos cuando uno menos se lo imagina.
Hoy más que nunca recuerdo con añoranza y nostalgia mi vida en Monterrey. Sobre todo extraño a mis amigos con quienes compartía tantas cosas y tantos momentos gratos. Extraño la convivencia, las confidencias, todo lo que conlleva una verdadera amistad y no una superficial. Porque a veces uno puede estar rodeado de personas, de "amigos", pero sentirse más solo que nunca. En lo personal, es preferible tener uno o dos amigos en los que puedas confiar, que estar rodeado de personas con las que tienes una relación vacía, hueca.
A estas alturas deben estarse preguntando qué fue lo que entendí (y si no se lo están preguntando, me vale, lo voy a decir de todas maneras). Cuando me mudé a Houston, batallé mucho para adaptarme. Todo es tan diferente de lo que yo estoy acostumbrado. No tenía amigos aquí y los que me conocen saben que mi personalidad es un poco introvertida, lo cual no me ayuda mucho a hacer amigos. Al principio esta situación era llevadera porque salía con mis primos de vez en cuando, pero el gusto me duró poco ya que se casaron e incluso uno de ellos se mudó a otra ciudad. Así que me quedé como al principio. Ya no tenía vida social. Como nunca he trabajado en una empresa grande en Houston, no he tenido oportunidad de conocer más gente y como no estudié aquí tampoco, obviamente no tengo excompañeros a quienes contactar.
Por mucho tiempo solamente me dediqué a trabajar y a llevar una vida aburrida. Los fines de semana lo único que hacía era ver televisión, dormir o cualquier otra actividad dentro de la casa. Así transcurrió mi vida hasta que conocí a un grupo de personas interesadas en los idiomas. Nos reunimos relativamente seguido y realizamos diversas actividades juntos. Tenemos muchos intereses afines, pero no he logrado establecer una conexión profunda, un lazo sólido de amistad. Me di cuenta de que no son personas en las que pueda confiar, no porque sean malas personas sino porque no hay algo fuerte que nos una. Tal vez haga mal en comparar mi amistad aquí con la de mis amigos en México. Para mí la amistad es algo muy importante. Es muy importante que exista la confianza, saber que tienes alguien en quien apoyarte o a quien apoyar cuando lo necesite. Si bien los amigos no se ven todos los días, existe la comunicación y el lazo de amistad permanece intacto. No sólo se trata de pasarla bien o pasar tiempo juntos, sino también de compartir los malos momentos y todo lo que la vida conlleva.
Con todo lo anterior, no quiero decir que todo sea malo. La paso bien con la gente que he conocido. Vamos a comer, jugamos juegos de mesa, intercambiamos puntos de vista, bromeamos, pero todo de una manera superficial. Me encantaría encontrar una verdadera amistad, como todo lo que ya he descrito arriba. Tal vez idealizo mucho la amistad, pero es lo que siento. A veces uno se cansa de realizar actividades sin sentido, o mejor dicho, que puedes realizar con cualquier persona y que carecen de un significado profundo. Un amigo es un hermano, es alguien más de tu familia. No importa que no lleven la misma sangre porque eso sí es algo superficial.
Bueno, amigos, es todo por hoy. Espero haberlos hecho reflexionar aunque sea un poco. Au revoir!
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