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domingo, 22 de enero de 2017

El bullying no existe

Hace unos pocos días sucedió una tragedia en Monterrey, México. Un joven de 15 años sin el menor reparo disparó en contra de su maestra y 3 compañeros para posteriormente suicidarse. Fue un hecho que conmocionó a México por la crudeza del acto, aunado a que este tipo de sucesos no son comunes en nuestro país. En EE.UU. esto es el pan de cada día, dada la facilidad con la que se consiguen armas y las ideas locas de los gringos, pero en México es algo inusitado. Trascendió que el autor del crimen pertenecía a una secta o algo así y que ya había anunciado el hecho en un foro en Internet. Se dicen muchas cosas, principalmente que el joven sufría de depresión pero no había recibido el tratamiento correspondiente.

Siempre ha habido niños y jóvenes con problemas psicológicos. Estas personas por lo general viven en hogares disfuncionales y se desquitan con los demás para sentirse mejor o llamar la atención. Las agresiones tanto físicas como verbales por parte de estos tipos es lo que actualmente conocemos como bullying. Todos hemos sido víctimas o presenciado a otros serlo. Desde nuestros padres hasta nuestros abuelos, todos tienen algo que contar al respecto. Nunca falta el típico niño o niña que abusa de su fuerza o de cualquier otra cosa para intimidar y amedrentar a sus compañeros. Hablo con conocimiento de causa porque yo fui víctima de esta gente. Aunque una vez no me dejé y golpee a uno y me dejó de molestar. No es lo ideal pero funciona.




Lo que alarma en la actualidad es que las acciones perpetradas por estos inadaptados sociales llegan cada vez más lejos. Ya no se trata solamente de poner apodos, robar tu almuerzo o dinero o golpear a los demás. Recuerdo casos como el de un niño que violaron en México. Unos "niños" le metieron un palo por donde ya saben y el niño obviamente quedó traumado. O el caso de otro niño que murió porque unos salvajes lo apuñalaron en el pecho. O el caso de la adolescente que se suicidó porque sus compañeros subieron un video de ella humillándola a gran escala. Ya no es un juego de niños. Ahora la vida misma está en juego. Literalmente se trata de un tema de vida o muerte.

Muchos lo atribuyen a los videojuegos y películas violentos que ven los niños y jóvenes. Estoy de acuerdo hasta cierto punto. Cuando era más chico me gustaba jugar videojuegos como Street Fighter y Mortal Kombat, que aunque no se comparan a los videojuegos de ahora, son violentos. Pero el hecho es que nunca intenté hacer en la vida real las cosas que jugaba. Lo mismo con las películas y caricaturas. Por eso no estoy del todo de acuerdo con que los videojuegos son el problema. El problema de fondo es la atención de los padres, o más bien, la falta de atención. Con el ritmo de vida tan acelerado de hoy en día y el alto costo de todo, es más común que ambos padres trabajen y descuiden a sus hijos. Los hijos se la pasan con otras personas que no les llaman la atención y que no sustituyen a los padres en funciones como la crianza y educación. Aunado a esto, las nuevas generaciones tienen acceso a tantas cosas por medio del Internet y como no hay quien les ponga límites, vemos y seguiremos viendo casos como el sucedido en Monterrey.




Muchas personas se hacen de la vista gorda, mientras que otras dicen que todo esto es normal. No, señores, no es normal. Si esas personas agreden a los demás es porque existe un problema de fondo. A través de sus acciones están expresando su falta de amor y atención. Son gritos desesperados que son ignorados. Aunque no justifico en lo absoluto las acciones de esta gente, trato de comprender la situación. Empatía. Algo que nos hace mucha falta.

En lo personal, creo que bullying es un eufemismo para maldad. Maldad en su más pura expresión. Esa maldad que está dormida dentro de nosotros. Creo que el bien y el mal se encuentran dentro de cada uno de nosotros y cada quien es responsable de elegir a uno de los dos. Obviamente, los bullies se inclinan por su lado malo. Aunque también creo que hay excepciones, como en todo. Hay personas que simple y sencillamente nacen con mala semilla y por más que sus padres traten de guiarlos, éstos ya están destinados a llevar vidas de maldad.

Es importante enfrentar este problema. Los bullies son los futuros asesinos, ladrones, secuestradores, criminales en general. Espero que podamos concientizarnos y tomar acciones al respecto...y que no sea demasiado tarde.

sábado, 14 de enero de 2017

Año nuevo, ¿vida nueva?

Sin darnos cuenta, ya estamos a mediados de enero. ¡Vaya que el tiempo pasa rápidamente! Ya pasaron Navidad, Año Nuevo, los Reyes...¡Y no he cumplido ningún propósito! Aunque bueno, para ser honestos, este año no hice ninguno. Y es que, ¿para qué hacemos propósitos si no los cumplimos? Por eso, mi propósito de este año fue no hacer ningún propósito. Creo que necesito un poco de espontaneidad en mi vida; hacer las cosas en caliente, como dicen vulgarmente. Improvisar. Adaptarme.



El año pasado, al igual que otros años, uno de mis propósitos fue bajar de peso. Así que me puse a dieta y comencé a ir al gimnasio. Vi resultados, aunque muy lentamente. Por más que me esforcé, no logré acelerar las cosas. Bien dicen que no es lo mismo los 3 mosqueteros que 20 años después. Y para nada me ayudó el haberme enfermado por una semana. Lo poco que había conseguido lo perdí en unos días. Es una tarea titánica adquirir condición, pero para perderla es facilísimo. Ni siquiera me he parado en el gimnasio en lo que va de este año.

Otro de mis propósitos había sido encontrar el rumbo que voy a tomar en mi carrera profesional. Leí algunos libros sobre el tema, artículos en Internet, tomé largas caminatas para pensar y meditar, busqué opiniones de otras personas, pero aún así no he logrado dilucidar nada en lo absoluto. Es un poco frustrante porque yo esperaba tener una respuesta al terminar el 2016. Me siento entre la espada y la pared, atrapado en un laberinto, ahogándome poco a poco. Necesito darle un giro a mi vida, hacer algo diferente...pero ya abordaré este tema en otra publicación porque es algo extenso.

Otro de mis propósitos, bueno, realmente sólo fue una idea, fue la de conseguir pareja. Mentiría si dijera que me muero por casarme y formar una familia, pero pensando a futuro creo que es lo que me conviene. No siempre seremos jóvenes y aunque disfruto de la soledad, ésta llega a pesar a veces, Y heme aquí, soltero y sin ningún prospecto. Cuando menos lo pensé, se terminó el 2016 y no pasó nada. Veremos qué pasa en este nuevo año.

También quería comprar otro auto, ya que el mío está un poco viejito. Pero luego se pone uno a pensar para endeudarse y que los autos nuevos se devalúan muy rápidamente. Eso aunado a que he tenido varios gastos y bueno, también me he dado uno que otro gusto porque creo firmemente en eso de que los bienes son para remediar los males. Con esto no digo que debemos gastar imprudentemente, pero tampoco hay que irse al otro extremo.

En cuanto a la lectura, este año no pude leer tanto como hubiera querido. Esto sí es algo que me pesa un poco. Me gusta mucho la lectura, pero a veces es complicado encajar ese hábito en tu rutina diaria. Espero poder cambiar eso este año. Por lo pronto, tengo que terminar el libro que estoy leyendo, que aunque está muy interesante, está algo denso.

Tampoco pude viajar tanto como hubiera querido. Solamente fui a Nueva Orleans un fin de semana y a acampar con mis primos en el verano (solamente un fin de semana). Y una que otra escapadita a Monterrey, pero eso no lo considero viajar. Gracias a Dios este año lo empecé con el pie detecho. Me fui a Zacatecas y conocí lugares muy bonitos. Y en agosto, si Dios lo permite, tengo un viaje a Canadá, así que tengo que echarle al cochinito.

Este año espero poder ponerme al corriente con los propósitos que se quedaron olvidados en años anteriores: bajar de peso, encontrar la nueva dirección que quiero tomar en mi carrera, en fin. Mientras estemos vivos, siempre habrá una nueva oportunidad. Y ustedes, amigos, ¿qué procede para ustedes en este nuevo año? Au revoir!