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domingo, 5 de noviembre de 2017

Aquí también

Esta semana hubo un alboroto en Houston por la victoria de los Astros. Hasta cierto punto es natural ya que nunca en toda su historia habían ganado un campeonato. Todos estos días la gente estuvo a la expectativa. Yo la verdad pensé que la iban a "cruzazulear" (como decimos en México cuando un equipo llega a la final y pierde, haciendo alusión al equipo de futbol Cruz Azul). Los boletos para entrar estaban carísimos, pero aún así el estadio se llenaba. Muchos bares y restaurantes hicieron su agosto. Los juegos eran el tema de conversación en reuniones familiares y en el trabajo. Me llegué a hartar honestamente. En el trabajo siempre me preguntaban si había visto el juego y yo les decía que no, a lo cual me preguntaban que cómo era posible. Qué suplicio. 




Tan pronto como ganaron los Astros, mucha gente fue a las tiendas deportivas a comprarse la camiseta. Afuera del Academy por mi casa había una larga fila a las 3 a.m. A mucha gente no le importó que en unas horas tenían que ir a trabajar o llevar a los escuincles a la escuela. La verdad desconozco si inflaron los precios de los artículos deportivos, pero en todo caso fue un negocio redondo para todos los involucrados. Me asombra la cantidad de gente afanada por comprar entradas a los juegos, camisetas y demás cosas. No digo que yo no lo haya hecho nunca, pero era más joven y se me hizo fácil. A estas alturas de mi vida ya no hago esas cosas. Pero cada quien. 

El jueves hubo un desfile en el centro de la ciudad y dicen que se abarrotó. No me sorprende. Hubo gente que faltó a trabajar o pidió la salida temprano para ir a ver a los Astros. Yo estaba trabajando a esas horas, pero no habría ido de todas maneras si hubiera podido. No, no soy amargado, solamente no soy fan de hueso colorado. Me gusta el béisbol, incluso iba a los juegos en Monterrey de vez en cuando, pero hasta ahí.

Estoy feliz de que todo haya terminado. Ya estaba harto de las publicaciones en Facebook y de que solamente hablaran de eso en eventos sociales. Ahora sí puedo descansar en paz. Se sigue hablando del tema, pero las cosas poco a poco regresan a la normalidad. Los jugadores hasta tuvieron apariciones en el show de Jimmy Fallon y Saturday Night Live. Y dicen que todavía falta que los inviten a la Casa Blanca. 

Aunque debo reconocer que hay ciertas diferencias sobre el ambiente en Houston durante los playoffs comparado con el que se vive en Monterrey cuando un equipo local está en la liguilla. Mi papá me comentaba que no sentía que los Astros estuvieran en la final. Bueno, por principio de cuentas, mi papá no tiene una vida social muy activa, así que eso contribuyó en parte a su percepción. Pero sí tiene algo de razón en lo que me dijo. Recuerdo cuando vivía en Monterrey y el alboroto que se hacía cuando un equipo estaba en la final. Se respiraba en el aire. Por todos lados veías gente con playeras de su equipo, carros con banderas, gente vendiendo souvenirs en la calle, escuchabas el himno del equipo en la calle, en todos los programas de tv locales hablaban sobre el tema, en redes sociales no se hablaba de otra cosa, en fin. Aunque no fueras fan, aunque no siguieras las noticias del equipo, sabías que el equipo en cuestión estaba en la final. Y qué decir del mero día de la final. Ese día la ciudad literalmente se paralizaba. Era muy notorio el escaso tráfico en la calle. La mayoría de la gente se encontraba en sus casas o en algún otro lugar viendo el juego por televisión. En cambio, aquí en Houston no se ve nada de eso, o más bien, no al nivel al que uno está acostumbrado, lo cual se agradece en todo caso. Aquí todo se vivía de manera más aislada. Obviamente si ibas a un bar o restaurante se sentía el ambiente festivo, pero en la calle no era tan marcado, a excepción del día del desfile claro está. No sé si se deba a que la gente esté más dispersa aquí, a las grandes distancias o la diversidad étnica/cultural, pero aquí se vive de manera diferente. 

Pensaba que solamente en México inflaban los precios de los boletos en las finales, pero ya vi que no es así. Se justifican con el argumento de la oferta y la demanda. Patrañas. Pero es inevitable ya que hay mercado para ello. Lo hacen porque pueden y sobre todo porque hay gente que está dispuesta a pagar sumas exorbitantes. Todo se resume al dinero. Al final de cuentas no se trata más que de un negocio. Mucha gente se desvive por ir a los juegos, por comprar los artículos del equipo, por seguir sus pasos, etc. y los jugadores ni los hacen en la vida. Ellos cobran sus millones ganen o pierdan y los únicos que llegan a perder son los fans. Por lo pronto tengo un año para descansar de estos bodrios. Au revoir!

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