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martes, 23 de junio de 2015

¿A qué hora vivo?

¡Hola, amigos de El Silencio! Los he tenido muy descuidados. ¡Ya casi tres meses desde mi última entrada! He estado tan ocupado últimamente. Irónicamente, esta situación fue la que me inspiró para el tema que voy a abordar hoy.
Estoy seguro de que no estoy solo cuando expreso que el tiempo pasa más rápidamente cada vez más. El día tiene 24 horas, pero esas 24 horas transcurren como si fueran 16 (sobre todo en nuestro tiempo libre). Tal parece que el reloj "se pone sus moños" cuando estamos en la escuela o el trabajo. Se encapricha y funciona en nuestra contra. Dicen que es relativo, lo cual honestamente es dudoso.
Se los ejemplifico de una manera simple y llana. Todos los días nos levantamos en la mañana por lo menos una hora antes de entrar a trabajar. Sin exagerar, podemos decir que nos toma entre 1 y 2 horas bañarnos, vestirnos, desayunar, preparar nuestro lonche y desplazarnos hasta nuestro destino ya sea en coche propio o transporte urbano. El tránsito no ayuda mucho que digamos. Llegamos a la oficina y nos pasamos ahí aproximadamente 10 horas (ya no sé cuántas horas se supone que duran los empleos de tiempo completo). Salimos y nos toma entre 30 minutos y 1 hora llegar a nuestros hogares. Hagamos cuentas: desde que nos despertamos hasta que regresamos a nuestros hogares ya transcurrieron entre 12 y 14 horas. Si dormimos 8 horas (que se supone es el promedio), estamos hablando que solamente nos quedan entre 4 y 6 horas libres para hacer lo que nos gusta...PERO, todavía nos falta restar el tiempo que nos toma hacer las tareas del hogar, estudiar o terminar el trabajo  pendiente que nos trajimos de la oficina (lo cual lamentablemente está de moda cada vez más), dedicarle tiempo a los niños (para los que son padres, obviamente)...y ruega a Dios que no haga falta hacer alguna reparación en la casa o tener que llamar a algún número de atención al cliente porque tienes algún problema con una factura de algún servicio, en fin...Llegas a tu casa y las pocas horas que estás despierto se pasan volando. Así es un día entre semana.



En este punto, algunos podrán argumentar que todavía nos queda el fin de semana. Pero seamos realistas. El fin de semana difícilmente nos levantamos temprano porque estamos exhaustos de toda la semana. Digamos que nos levantamos entre 10 de la mañana y mediodía. Pero te acuerdas que tienes que lavar tu coche porque está asqueroso, tienes que ir a la estética porque entre semana no pudiste por el horario, tienes que ir al súper a surtir la despensa, tienes que terminar las labores domésticas, tienes que hacer todo lo que no pudiste hacer entre semana, y tu tiempo libre se va en todas estas trivialidades.
Descansar los fines de semana no es más que una quimera. Literalmente, parpadeas y ya se fue tu fin. Una hora en tu casa es un minuto, pero una hora en el trabajo equivale a 2 horas. No se debe a que te la pases viendo el reloj. Y todo eso que dicen de la relatividad me parece una reverenda estupidez. Podrán decir que es porque no te gusta tu trabajo o porque en tu tiempo libre pierdes la noción del tiempo, pero ¿realmente son explicaciones creíbles?
Recuerdo cuando era más joven. Me levantaba temprano para ir a la escuela y regresaba a mi casa entre 3 y 4 de la tarde. El resto del día se me iba en hacer tarea, estudiar o cualquier otra cosa, pero los días se me hacían larguísimos. Y los fines de semana ni se diga. Pero ahora, el poco tiempo que estoy en mi casa ni lo siento. Me siento atrapado en una burbuja que explota cuando menos me lo imagino. Siento que los días son más cortos, que el tiempo no me alcanza, que se me va la vida en hacer cosas tan inmundas como las labores domésticas, hacer filas, etc.
Les pongo otro ejemplo. La semana pasada me mudé de casa. Me la pasé toda la semana trabajando y el sábado se me fue en llevar todas mis cosas a la casa nueva. El domingo estaba cansadísimo y obviamente me levanté tarde. Y en la tarde tuve que ir al súper y ya se acabó mi domingo. El lunes a trabajar de nuevo. Y los días siguientes, se me han ido en hacer reparaciones a la casa, armar muebles, acomodar mis cosas, hablando por teléfono para que toda mi correspondencia tenga la nueva dirección, malgastar mi preciado tiempo en detestables oficinas de gobierno... No he tenido tiempo para leer o ver mis películas o hacer otras cosas que me gustan.

He estado investigando un poco y me topé con un concepto moderno conocido como: "administración del tiempo". En pocas palabras, se supone que si te sabes administrar tendrás tiempo para todo. Si quieres ir al gimnasio, levántate 2 horas antes de lo normal. Si quieres estudiar o terminar algún proyecto, duérmete hasta que termines (no importa que sea la 1, 2 o 3 de la mañana). En fin, tienes que sacrificar tu tiempo. Y como consecuencia te la pasas como zombie al día siguiente porque estás exhausto por la falta de descanso. "Siempre hay tiempo para todo", es lo que nos dicen. Pero mi pregunta es: ¿cuándo tengo tiempo para mí? ¿A qué hora vivo?
Hay personas que dicen que el tiempo es más corto porque la Tierra gira más rápidamente. Otros dicen que porque los relojes actuales están diseñados de manera diferente a los relojes antiguos; un minuto actual tiene aproximadamente 20 segundos menos que un minuto de los relojes fabricados antes de 1980. Otros tratan de explicar esta situación basándose en doctrinas religiosas. Otros dicen que todo es relativo; que como adulto tienes más responsabilidades, llevas una vida más ajetreada, estás plagado de estrés y que por eso sientes que el tiempo no transcurre como cuando eras niño o incluso adolescente. Hay muchas teorías que tratan sobre este tema, ya depende de cada quien en qué creer.




Lo que es innegable es que la vida ha cambiado. Los empleos son cada vez más demandantes, el ritmo de vida más acelerado. Pero esto no logra convencerme ni mucho menos contesta mi pregunta: ¿a qué hora vivo?
¿Cuándo puedo hacer lo que me gusta? Mientras somos jóvenes, tenemos la energía y el dinero, pero no el tiempo. Cuando somos viejos, tenemos el tiempo pero no la energía. ¿De qué se trata todo esto? ¿No deberíamos ponernos a nosotros mismos en primer lugar? La vida es tan corta para malgastarla. A veces olvidamos que antes que estudiantes o empleados, somos personas. El tiempo es oro y a veces nos dejamos que nos lo roben dejándonos en la pobreza más miserable.
Bueno, amigos, me despido por hoy. Espero estar pronto de vuelta. Me encantaría conocer sus opiniones al respecto. Estoy seguro de que no soy el único que piensa así. Au revoir!