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viernes, 27 de marzo de 2015

De dietas y otras obscenidades

¡Qué tal, amigos de El Silencio! Me parece mentira que ya hace más de un mes que no me paro por aquí. De repente te dejas absorber por el trabajo y demás banalidades. En lo que se convierte la vida una vez que eres adulto. En fin...

Pues marzo ya está por finalizar y me he puesto a pensar qué es lo que he hecho en este primer trimestre del 2015. Ya desde hace tiempo dejé de hacer propósitos de Año Nuevo porque en realidad nunca o pocas veces los cumplo. Pero eso no significa que no haya fines que no persiga. Uno de ellos: llevar una vida más saludable.

Todos sabemos que para estar sanos es importantísimo cuidar la alimentación, hacer ejercicio, dormir bien, etc. Nos lo han dicho hasta el cansancio. Nos lo dicen en la escuela, en los medios, de boca de conocidos. Todo eso suena muy bonito y parece fácil, pero la verdad es que está muy lejos de serlo. 

Comencemos por hablar de la alimentación. Pero antes de comenzar a despotricar, quisiera aclarar un punto. Mucha gente (me atrevería a decir que la mayoría) asocian las dietas con adelgazar. Si bien es cierto que ése puede ser uno de los objetivos a alcanzar, también hay dietas cuyo propósito es subir de peso. Una dieta, simple y sencillamente, es un plan de alimentación; consiste en tus hábitos alimenticios ni más ni menos.

Ya aclarado este punto, quiero expresar mi coraje al tener que resignarme a siempre estar vigilando lo que como. Estoy seguro de que todos conocen a alguien que no come, sino que literalmente traga, y no engorda nada. En cambio, uno tiene que contar las calorías que va a consumir en cada comida, planear con anticipación sus menús, hacer listas negras de cosas que no debe comer, inventar excusas cuando está en una reunión y no debe comer lo que está disponible porque no se apega a los estándares de su dieta, en fin...





De por sí es difícil tomar la decisión de llevar una alimentación más saludable. Y después te enfrentas con infinidad de libros, artículos, opiniones y demás. Me duele la cabeza sólo de recordar...separa lo dulce de lo salado, no comas carbohidratos después de cierta hora, evita este y este otro alimento, prohibidos el refresco y las harinas, come cinco veces al día (pero el 90% de tus comidas deben ser frutas y verduras), puedes comer postre pero solamente tres cucharadas (preferiría que me mataran literalmente), si comes carne que sea pollo o pescado y que estén hervidos o a la plancha...Sin exagerar, se me acabaría el espacio para enumerar éstas y otras obscenidades que he leído y escuchado. Sí, obscenidades, no encuentro otra palabra para describir los consejos de nutrición que abundan a nuestro alrededor.

Y es que es una lata todo este rollo de la alimentación saludable. Te tienes que cuidar para mantenerte en cierto peso, para evitar la diabetes, la hipertensión y demás enfermedades asociadas con el sobrepeso y la obesidad. Y con eso de que todo lo que comes te da cáncer, pues baja el cero y no contiene. Lo he dicho y lo sostengo: "Lo más rico es lo que más daño nos hace".

Y es que eso de comer platillos insípidos como que no. Debes evitar la sal, el azúcar, las harinas, las carnes frías. Esto realmente te limita cuando vas a un restaurante, una fiesta u otro evento social. Y si no quieres ser objeto de burla por parte de tus acompañantes, debes "romper la dieta" y decir que sí a todo lo que te ofrezcan de comer o beber. Ni qué decir cuando estás de vacaciones. Es prácticamente imposible seguir un régimen alimenticio en esas condiciones.

Y el ejercicio...Dicen los expertos que debemos realizar algún tipo de actividad física durante mínimo 30 minutos diariamente. Pero para los que queremos ponermos en forma, mínimo necesitamos una hora al día. Y nuestra rutina debe incluir cardio. ¡No tienen idea de cómo odio, aborrezco, abomino, detesto, desdeño el cardio! Lo peor de todo es que debes procurar hacerlo todos los días o por lo menos cada tercer día. Y preferentemente sólo debes descansar un día a la semana. Como si eso fuera suficiente...

Y luego te enfrentas al problema de dónde hacer ejercicio. No todas las personas tienen espacio en sus casas, así que tienen que ir a un parque o a un gimnasio. Claro que si tus intenciones referentes al ejercicio son serias, lo más viable es ir a un gimnasio. Sin embargo, esto representa un serio inconveniente por varias razones. Entre ellas tenemos: a) decidir si te levantas más temprano que de costumbre o ir después del trabajo. b) tener que pagar una membresía mensual, la cual no es muy barata que digamos. c) tener que armarte de paciencia porque resulta que los aparatos que vas a usar están ocupados. d) tener que aguantar el tránsito de la hora pico. Y hay más razones, pero creo que estas cuatro son las más importantes.







¿Y qué decimos del sueño? Con el ritmo de vida tan acelerado que llevamos, es muy difícil dormir una cantidad decente de horas. Debemos dormir ocho horas por lo menos, según dicen los expertos, pero las obligaciones muchas veces no nos lo permiten. Y es que a veces debemos elegir entre dormir o salir a la calle un rato. ¿Les suena familiar?




Creo firmemente que la vida debe disfrutarse. YOLO (como dicen los gringos). Y es que me resulta frustrante tener que someterse a regímenes alimenticios y físicos estrictos para evitar enfermedades. Nos privamos de tantas cosas, nos extralimitamos para que no nos dé x o y enfermedad. Por otro lado, si tienes alguna enfermedad como diabetes te tienes que cuidar para controlarla. Mi punto es: te tienes que cuidar mucho para que no te dé una enfermedad y si te da una enfermedad de todas maneras te tienes que cuidar. Entonces, ¿cuál es el chiste? Eso no es vida para mí.

Cada quien tiene su opinión y es muy respetable. Hay personas a las que les encantan las frutas y verduras, hacer ejercicio y demás cosas por el estilo. No es mi caso. Trato de comer de manera balanceada y hacer ejercicio de vez en cuando, aunque es algo que me cuesta mucho trabajo. Creo que no nos queda más remedio que resignarnos.

¿Y ustedes que opinan? Estoy seguro de que muchos se sentirán identificados. Me encantaría conocer sus experiencias.

Espero estar pronto de regreso. Últimamente he estado muy ocupado y no he tenido el tiempo de dedicarme a escribir y otras cosas que me gusta hacer. Trataré de no perderme mucho tiempo. ¡Adiós!